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domingo, 21 de abril de 2013

Sigamos Adelante


   Los políticos se acostumbran a andar en autos caros con ropa de marca mientras el pueblo anda a pie y a veces hasta cojeando, comen lo mejor saciando todos sus caprichos, se creen intelectuales y nunca han leído un libro. Los guardias se subordinan y apuntan sus fusiles contra un civil, sin saber que el libertador maldijo a toda autoridad que apunte su arma contra un ciudadano. Pero el pueblo sigue allí, sigue luchando, sacando adelante a su familia y guerreando por un futuro mejor, debo muchos agradecimientos a todo ese pueblo que ha salido a defender los derechos que como venezolanos se nos fueron otorgados.

   Son momentos difíciles en los cuales nos encontramos, estamos en una posición muy delicada que abarca a todos los que en Venezuela vivimos porque ya se ha vuelto costumbre que cuando las cosas salen bien se benefician unos pocos, pero cuando salen mal todos nos vemos afectados.

   ¿Cómo le dice un padre a sus hijos que no pueden comer en su sitio favorito porque no hay dinero? O peor, que no pueden salir a jugar porque hace una semana secuestraron a un niño de su calle. No es aceptable que este país sea tan rico y sus habitantes sean tan pobres, no es lo correcto que una tierra que dio a luz a grandes libertadores e intelectuales hoy este repleta de delincuentes. En Venezuela hay de todo, menos autoridades que quieran mejorarla.

   ¿Cómo se siente un trabajador que es destituido de su labor por no apoyar al gobierno vigente? No entiendo como alguien es capaz de apagarle la luz del progreso a una persona, a unos niños, a una familia. Eso no es aceptable, eso es inhumano. Mientras el pueblo se llena de valor para enfrentar estas situaciones tan deplorables, los políticos carecen de valores al nombrar a estas sucias acciones como “socialismo”.

   ¿Cómo se siente la madre que ve enterrar a su hijo porque una bala le quito la vida? Yo no juego con el dolor de las personas, nadie debería hacerlo. Ya basta, las calles de Venezuela ya tienen demasiados rastros de sangre la solución nunca será la violencia, el que hoy agarra una pistola para conseguir dinero, mañana puede agarrar una bala que le quitara la vida. Yo estoy, y siempre estaré dispuesto a dar la vida por mi país, pero nunca estaré dispuesto a quitar vidas por él, un país se construye con esfuerzo, no con asesinatos.

   Venezuela entera escribe democracia encerrada entre dos signos de exclamación. A gritos exige paz a un gobierno de sordos. Un gobierno que cree que por tener poder también tiene razón. Un gobierno que no respeta el dedo meñique teñido de democracia de más de siete millones de venezolanos.

    Nos visitan varios gobernantes extranjeros, que aplauden lo que en nuestro país sucede alabando a un gabinete que se olvido de sus responsabilidades y solo se enfocan en tener más y más poder, se atreven a criticar la lucha en la que estamos todos los que queremos un país mejor. Como si ellos fueran los que se van al trabajo con miedo de un secuestro. Como si ellos fueran los que ven como atracan al vecino. Como si ellos fueran venezolanos. Pero claro, mientras se sigan alimentando como parásitos de nuestros bienes, no cesaran los aplausos.

   Podrán ocultar el sol, la luna y algunas estrellas pero la verdad siempre saldrá a flote. Por eso quiero felicitar a todos los que nunca se han rendido ni se rendirán, a los que al igual que yo ponen su grano de arena para construir este camino al progreso. Mis hermanos, aquí se puede hacer un país mejor, un país para todos, y eso es innegable.

   Yo no creo en profetas, solo creo en Dios y en Jesucristo. No le hagamos caso a esos que dicen ver el futuro, los únicos que pueden predecir el futuro somos nosotros y lo hacemos con nuestras acciones, mientras nuestra perseverancia no sea más rica que nuestro petroleo seguiremos siendo pobres. Venezuela a logrado despertar, los venezolanos hemos logrado abrir los ojos y ya sabemos que si se puede alcanzar nuestra meta, por eso hoy reafirmo mi lucha contra la tiranía y la incompetencia, calma Venezuela que siempre tras la tormenta viene la calma, aquí no pierde el que no gana, aquí pierde el que se rinde. Sigamos adelante.






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