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lunes, 14 de abril de 2014

Un País En Construcción

Luego de 42 muertos de manera oficial, de más de 2,250 procesados penales. Luego del encarcelamiento de Enzo, Daniel y Leopoldo, de la destitución de la señora Machado del parlamento y de la represión hacia los estudiantes la cual no ha sido condenada por el gobierno. Hoy, nadie –No solo en Venezuela sino en todo el mundo- debe tener ni una sola duda de lo que pasa en Venezuela. La constitución venezolana ha sido violada, nuestros derechos han sido coartados y están matando a nuestra gente. El pueblo venezolano, fiel a su tradición democrática repudia todos estos actos que salen del marco de la constitución y las leyes y exige que los derechos que fueron violentados se le reintegren a la sociedad y que el gobierno ceda ante las exigencias del pueblo, que grita con brío su inconformidad ante la ineficiencia de los que están en el poder. 

Los venezolanos hemos llegado a un punto en el cual, como decía Leonardo Padrón ya no "se busca un país" ahora, se esta construyendo uno y partiendo de esto, se me ocurre escribir una hipótesis de solución, mas o menos acertada, que evite mas muertos y encarcelamientos injustos, que libere a los presos políticos y devuelva a los alcaldes y a la diputada sus respectivos cargos.

Empecemos por la protesta. La protesta es, sin duda alguna, la legítima defensa del pueblo hacia las injusticias de un Estado ineficiente. La protesta, a pesar de sus desperfectos, fue capaz de decirle al gobierno: Lo estás haciendo mal. Y tuvo una resonancia mundial, se supo canalizar toda la inconformidad producida por la inseguridad, el desabastecimiento, la pobreza, el déficits de la educación, la salubridad y demás problemas que en un grito de rabia y exigencias comunes fueron expresados. Pancartas que le dieron la vuelta al mundo, muertes que nos siguen doliendo… y es ahí donde se pone en duda las protestas, ¿Hay que seguir protestando aun sabiendo que van a morir más personas producto de eso? Y la respuesta es que la protesta no se puede acabar.

La protesta no se puede acabar porque el descontento sigue ardiendo, y por el clima que se ve, seguirá avivado. Lo que si resulta imprescindible para la protesta es la organización. Ya basta de muertes, ya basta de presos, ya basta de torturas. La protesta de los dos meses de resistencia debe ser una protesta de difusión, debe ser un mecanismo por el cual mediante a él logremos dos objetivos. Enn primer lugar, incorporar en nuestro discurso a todos los venezolanos, recorrer con humildad, carisma y la voluntad de sacar hacia adelante el país cada rincón de Venezuela. Bañarnos de pueblo. De otro modo la protesta, la llamada “Guarimba” a estas alturas del partido solo polarizará todavía más a los venezolanos y restará las aptitudes que el movimiento estudiantil ha adquirido. Si no me creen, pregúntenle a un taxista.

El segundo objetivo es más crudo de digerir y mucho más difícil de realizar, consiste en admitir que fracasamos como sociedad, como picaros, que eso de autodenominarnos “pilas” nos terminó afectando. Con esto no me refiero a que las costumbres del venezolano sean malas, me refiero a nuestras particularidades como las de ser personas muy corruptibles, con corta memoria y con muy pocos rasgos de valores ciudadano.


El cambio tiene que ser de abajo hacia arriba, es decir, del pueblo hacia el líder. Si nos seguimos comiendo la luz del semáforo seguirá la impunidad. Si sobornamos al policía, seguirá la corrupción. Si no hacemos un intangible contrato social en el cual nos comprometamos a crecer como sociedad y a mejorar esto que denominamos país, seguiremos tal y como estamos. Así el próximo presidente del país sea un integrante del movimiento estudiantil. Este pueblo esta como esta porque las preferencias de los puestos políticos están por encima del bienestar de los venezolanos, entonces, si los político no saben cómo darle bienestar al pueblo construyamos ese bienestar nosotros, organizando y construyendo nuestras exigencias.

Algo decía un profesor de Derecho de la Ucab Guayana en una clase magistral utilizada como protesta en la Plaza Monumental de Ciudad Guayana que parafraseando intentaré recordar “Las constituciones son damas, y son damas que mientras más leyes tengan, más hermosas son. Nuestra constitución es una de las más bellas del mundo y aparte joven. Recuerden que nuestra constitución tiene quince años vigente, quince primaveras… y no va a poder celebrar sus quince primaveras porque como todas las mujeres bellas, quieren ser violadas por los que ostentan el poder ¡Y nuestra constitución ha sido violada!

Vamos todos a salvar nuestra constitución, vamos todos a construir un país.