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domingo, 11 de septiembre de 2016

Conmigo Tampoco

No cuenten conmigo para negociar derechos, no cuenten conmigo para postergar lo impostergable ni para seguir soportando esta carestía. No cuenten conmigo para otra cosa que no sea el Referéndum Revocatorio en éste mismo año, como los venezolanos firmemente lo hemos demandado.

No formo parte de ningún partido político pero llevo meses restado con la MUD por el RR2016 porque creo sin vacilación que ante el escenario tan complicado que nos presenta ésta dictadura -porque las cosas por su nombre, esto es una dictadura- corresponde no sólo a los partidos, sino a todos los venezolanos que quieren cambio, empujar el RR desde cualquier espacio constitucional posible.

Como yo, muchos entienden lo anterior. Éste año se han unido gremios, movimientos, sociedad civil y muchas mas organizaciones reconociendo el liderazgo de la MUD para conducir a Venezuela al RR, insisto, en éste mismo año. Queda claro: Los venezolanos estamos con la MUD. Pero nuestro respaldo, como nos decía un locutor en Guayana hace unos días, no puede ser entendido como un cheque en blanco.

Y es que no queremos mas discursos afables y esperanzadores al final de una convocatoria. No voy a cometer el error de hablar por el pueblo, pero  por lo menos yo quiero una agenda clara de la ruta de presión para el RR2016, quiero que la MUD en las provincias se organice de verdad, quiero saber claramente qué se negoció con Zapatero y por qué ese español ofrece la libertad de Leopoldo López como si fuera él su carcelario. Quiero a todos los diputados de oposición haciendo ejercicio de su inmunidad para entrar a los sitios donde están nuestros presos políticos y exigir su libertad, quiero que los precandidatos a las distintas gobernaciones, en especial los que ya son diputados, bajen sus ambiciones de poder y se concentre en el RR que hoy por hoy es prioridad. Quiero que tomen en cuenta las propuestas de todos los factores que estamos echandole bola a la calle por el RR, quiero menos twitter y declaraciones y mas calle, estrategia y contundencia. Quiero, demando y exijo un mejor liderazgo.

Escribo esto sin ánimos de dividir, mas bien creo que criticandonos nos fortalecemos, siempre y cuando reconozcamos nuestros errores y los solucionemos. De lo contrario, ¿Qué nos diferenciaría del chavismo? de lo contrario ¿Para qué tanta lucha? de lo contrario, no cuenten conmigo tampoco.


























































domingo, 4 de septiembre de 2016

Hola Diosdado

Hola Diosdado. La afirmación se me hace urgente: En la UCAB no hay armas. Y aun de haberlas con ellas nunca accionaríamos para dañar a una persona, porque nuestras armas están hechas de otra cosa. Comprendo su temor diputado, sé que no es más que una consecuencia del amargo recuerdo de su pasado, pero tranquilo, los Ucabistas gozamos de suficiente sindéresis para ni siquiera asomar una propuesta de lo que tú y un grupo de empedernidos desvergonzados intentó hacer en el 92. Siento decirte que nuestras armas son más fuertes que eso.

Esta generación va a cambiar la historia golpista y militar que tú y muchos caudillos irresponsables han hecho de nuestro país, creer que un país se construye a punta de fusiles y no de ideas nos ha llevado a lo que tenemos hoy. Nuestro país entró a éste nuevo mileno en retroceso por falta de ideas y exceso de armas, por más academias militares y menos UCAB.

Te recuerdo que un Ucabista fue quien te ganó las elecciones en Miranda hace 8 años y a pesar de que con tu semblante de maldad intentes causar temor, los estudiantes no te tenemos miedo, y con la misma urgencia con la que empecé, aprovecho para exigir la inmediata liberación del Ucabista, Yon Goicoecheda.


En la universidad creemos que el acto realmente revolucionario consiste en ideas, en civismo y en democracia. Por eso en nuestro arsenal sólo hay inteligencia. Mandela decía “El arma más poderosa para cambiar el mundo es la educación” de esa arma sí está llena la UCAB.

domingo, 28 de agosto de 2016

El ABC del #1Sep

Nos miran desde vehículos negros, sin placa alguna. Toman fotos y señalan, simulan que su índice es una pistola, te apuntan y disparan. Todo desde sus camionetas ostentosas, porque aparte, visten de lujo a la amenaza. Uno podría creer que son del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, pero ningún servicio que pueda ser bolivariano e inteligente mitigaría el ejercicio de derechos constitucionales. No es posible que alguien que proteste, que marche, que se asocie para llevar a cabo una acción política, o a simplemente hablar paja del gobierno tenga miedo de ser perseguido o encarcelado, la tan famosa exigencia "¡No es un delito pensar distinto!" está ahora más vigente que nunca.

Es obvio que ningún gobierno quiere que sus deficiencias -grandes o pequeñas- sean expuestas o reprochadas públicamente, sin embargo ya se volvió una utopía creer que van a escuchar, reconocer y solucionar el problema. Pues no, es mejor mandar a callar e intimidar, porque después de todo parece ser también una utopía lo que afirmamos los demócratas "El pueblo es el verdadero titular de la soberanía, y por lo tanto del poder".

Laureano Márquez, reconocido humorista e intelectual venezolano, hace unos meses afirmaba con elocuencia que el pueblo es el jefe, y que por lo tanto, el Gobierno es nuestro empleado. Suena fino, si fuera cierto ya todos hubiéramos despedido a Maduro... ¡Ah! Y por supuesto, no sin antes mandarlo a limpiar todos los retretes de Venezuela y verlo vivir con sueldo mínimo a él y a su familia -incluyendo a las perlas de sus sobrinos- por  al menos tres meses.

El punto es que todos desearíamos ser "jefes" del Presidente de la República y en efecto poder despedirlo. Pero, ¿saben qué? Según la constitución, ¡Lo somos! en su artículo 5 el texto constitucional ubica y reconoce a la soberanía (El poder) intransferiblemente en el pueblo, el artículo 6 predica que "El gobierno de la República es (...) de mandatos revocables" y por último, por si quedara alguna duda, el artículo 7 sentencia "Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución". Como si fuera una punta para el TSJ y en especial su Sala Constitucional. Ojala los magistrados pudieran no leerme a mí, sino por lo menos a la Constitución.

Ahí está. Es como el ABC de la constitución para despedir al primer mandatario sin pasar si quiera de sus primeros 10 artículos. Sin embargo, la historia nos dice que no es tan fácil y los derechos nunca han sido regalados, los derechos se alcanzan, se arrebatan, se conquistan y los venezolanos tenemos la oportunidad éste año de recuperar lo que es nuestro por el simple hecho de ser personas: dignidad y prosperidad. 

Éste 1 de septiembre, vamos a hacernos soberanos, a manifestarnos como mayoría, a despedir a Maduro, no nos calamos más los amedrentamientos, somos más y somos más fuertes. Nos toca ser ciudadanos y empoderados de  Constitución, ¡Basta ya!



domingo, 22 de febrero de 2015

Estado de Derecho, Institucionalidad y Democracia

En Venezuela hay dos enormes polos que desde hace años han monopolizado la política nacional: El discurso, las acciones y sus colores. Se ha aplicado de manera indefinida el "O estás conmigo, o estas contra mi" simbolizando una guerra política del bien contra el mal proclamada, con eufemismos, desde ambos polos.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) son estos dos polos, ellos se reconocen entre sí, pero se encierran en el dualismo "Pitiyankees apátridas no volverán" y "a estos chavistas marginales hay que sacarlos como sea". Han desconocido cualquier otra posición política bajo el disfraz de oposición y oficialismo, calificando a quienes salimos de éste esquema polarizante como indefinidos o niní.

Esta polarización desvirtúa la verdadera representación del pueblo que deberían ser, por excelencia, lo partidos políticos. Hoy en día los partidos políticos pierden su esencia democrática que por naturaleza debería pesar sobre ellos cuando solo proponen hacerse con el poder, para quedarse con él. La propuesta o bandera política de los partidos no puede ser solo tumbar al poder actual, y menos en estas circunstancias, la propuesta de los partidos políticos debe ser representar las múltiples necesidades de todo el pueblo venezolano independientemente de sus posturas políticas; y eso no se logra -como muy bien decía una profesora hace uno meses- "cambiando a los del PSUV por los de Voluntad Popular". Ni por Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, COPEI, o el resto de la MUD.

Esto se logra al jurídificar mecanismos en los cuales 1) Se controle al poder, 2) Se rescate la institucionalidad del Estado Venezolano y 3) Se logre satisfacer las verdaderas necesidades del pueblo a través de la representación política.

El primer mecanismo se consigue estableciendo un sistema de pesos y contrapesos que distancien al poder ejecutivo de las funciones correspondientes al poder legislativo, esto quiere decir que el presidente no pueda sancionar leyes a capricho; y que además se debe asegurar con un poder judicial autónomo, sin color político y justo, ya que actualmente pareciera que la jurisdicción de los tribunales no aplica para los altos jefe del partido que hoy es gobierno. La aplicación de la ley debe ser como la describía Rousseau: que no exceptué a nadie.

El segundo mecanismo que debemos accionar es insistir en la reinstitucionalización del Estado. Se ha hecho evidente la ambigua y precaria institucionalidad de la súper-estructura Estatal venezolana. En Venezuela el PSUV no solo es gobierno, sino que además es Estado y según su discurso hasta es pueblo. El PSUV lo es todo, su política ha sido la sistemática desistitucionalización del poder público, esto sucede cuando no se separa la institucionalidad del Estado, con la institucionalidad del gobierno y peor aún, con la del partido.

En el tercer mecanismo, quisiera rescatar que no quiero que mis palabras sean entendidas como un rechazo a los partidos políticos, es erróneo pensar que se puede concebir una democracia sin ellos, pero ojo, tampoco se puede concebir una democracia con partidos políticos NO democráticos. La desvinculación de las agendas de los partidos con los intereses de las comunidades se ha vuelto asfixiante. Necesitamos partidos políticos que puedan representar un verdadero debate ideológico que arroje soluciones serias a las crisis que arropan a los venezolanos.

Así que mi exigencia como venezolano a los partidos políticos es que 1) en la asamblea nacional se discutan y a posteriori se aprueben los mecanismos necesario para limitar el poder del ejecutivo a través de la reconstrucción del Estado de Derecho, 2) que se exija la separación clara y definitiva de la institucionalidad del Estado, de sus poderes y de cualquier partido que sea gobierno, y que finalmente, 3) sean la verdadera voz del pueblo y representen nuestras necesidades. Números, estadísticas, fechas, cálculos, porcentajes, pronósticos, consecuencias, propuestas, referencias históricas, ¡Por Dios, debates lógicos!

Los venezolanos necesitamos una mejor clase política, política seria y verdaderos políticos.

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domingo, 15 de febrero de 2015

Movimiento Estudiantil... Social, Cultural y Político.

Movimiento Estudiantil.

Se entiende como un grupo de estudiantes universitarios organizados cuyo propósito es exigir reivindicaciones estudiantiles que hagan de las casas de estudio un mejor lugar para la investigación, el debate y la critica libre y plural. En Venezuela -como cosa rara- hay un caso muy particular, diferente a mucho países: las reivindicaciones que claman los estudiantes transcienden de exclusivas necesidades de éste joven colectivo.

Estamos hablando de un Movimiento Estudiantil que le ha tocado ser Movimiento Social, Cultural y Político. Se nos ha cargado esta responsabilidad.

La expansión de las exigencias de éste Movimiento Estudiantil se deben a que, en cualquier parte, la juventud es pieza fundamental del futuro de lo países del mundo. Al ser mas que clara la extrema inseguridad, la crisis social y económica, la violación constante -y podría apostar que hasta sistemática- a los Derechos Humanos y la ruptura del Estado de Derecho; lo obvio se torna imperativo: Luchar por la reconstrucción de una verdadera democracia que nos afiance un futuro digno.

Somos un Movimiento Social cuando salimos a las calles de Venezuela a invitar a un pueblo a despertar, cuando desde el mensaje de nuestras consignas le pedimos a la señora que se asoma en el balcón que baje a acompañarnos, cuando exigimos las necesidades que, lamentablemente, son uno de los pocos puntos de encuentro que compartimos todos los venezolanos.

Somos un Movimiento Cultural cuando en compañía de la reconstrucción democrática argumentamos las razones de la necesidad urgente de reconciliación nacional, cuando insistimos en despolarizar una población distante, cuando desde la academia instamos a la sensatez de los discursos, a la disciplina de las acciones y a reforzar ese vinculo jurídico-político con el Estado: La ciudadanía.

Somo un Movimiento Político desde el momento en que empezamos a ser la voz de millones de venezolanos, cuando damos una propuesta de país. Cuando hacemos lo que le ha quedado grande a muchos partidos políticos. Cuando debatimos un cambio de gobierno e insistimos en algo tan político como lo es, en esencia, la democracia.

Hago estas aclaratorias porque hay muchos liderazgos jóvenes resaltando en nuestro país en éste momento, y los líderes debemos ser claros. En Guayana estamos construyendo un liderazgo colectivo, que nos permita despersonalizar el poder y articular funciones que puedan llevar el mensaje de respeto a los Derechos Fundamentales, de la necesidad de un cambio de gobierno, de libertad para lo detenidos arbitrariamente y de reconciliación nacional.

No esperen un Movimiento Estudiantil con crasos errores y agendas maleadas por partidos políticos. Nuestro ardid mas fuerte es el criterio autónomo de la universidad, y ahora tenemos la responsabilidad ineludible de hablar por  los estudiantes, la sociedad civil y todos los venezolanos que se ven afectados por las diversas crisis y apoyan nuestra irreverente lucha enmarcada en la no violencia. Quien debe dar solución a todas las polémicas nacionales, el que debe garantizar seguridad para todos los venezolanos prescindiendo de sus ideologías políticas, quien tiene las responsabilidad de ejecutar políticas públicas eficientes, es el Gobierno Nacional.

En cambio, las labores del estudiante venezolano han trascendido desde hace mucho tiempo del solo estudiar para graduarnos, ahora somos responsables de urdir un futuro, de urdir un país posible para todos.

No dejaremos de estar en las calles, y aunque para muchos la lucha estudiantil carezca de un método especifico y público para lograr nuestros objetivos, les recuerdo que no hay un ABC para sacar de manera democrática a un gobierno no democrático. Ni mucho menos para poner de acuerdo a un país, incluso cuando éste ya vive, día a día, las múltiples crisis.

Pero así es la historia, la trazan quienes superan el miedo, quienes están dispuestos. Este Movimiento Estudiantil no claudicará en acciones ni en creatividad. Cada espacio, cada plaza, nuestros discursos, cualquier papel, todas las letras, son y serán producto de nuestro espíritu de justicia, de nuestras impostergables exigencias democráticas y de las indignaciones de un pueblo que esta cansado.

No me puedo despedir sin, en primer lugar, rechazar lo que sucede en el SEBIN de Plaza Venezuela en Caracas. Urjo a que todos los que puedan leerme: investiguen y difundan todo lo que comprende éste deplorable sitio de tortura, conocido como "La Tumba".

Y en segundo lugar, hacer una invitación a la sociedad civil de Guayana para éste lunes 16 de febrero  a las 4:00 PM en la Plaza Monumental de Puerto Ordaz, para manifestar nuestro rechazo hacia las violaciones de Derechos Humanos.


"No se puede ser libre y cobarde a la vez" José Carlos Blanco

El movimiento estudiantil llamó a la reconciliación y no confrontación con grupos oficialistas

domingo, 3 de agosto de 2014

El Último Pedazo de lo Más Bajo del Arrecife.

    Es difícil hacer las cosas de la manera correcta, la fibra moral del venezolano se ha ido desgastando con el tiempo, hay rasgos y características propias y muy distintivas de la población venezolana que nos han empujado, sobre todo en la última década, a la vida en corrupción. Somos seres corruptibles, vemos la impunidad vistiendo a los maleantes y, peor aun, lo consentimos

    Esta es la manera en la que hemos reaccionado ante el acontecer diario que ha denotado nuestra historia como país, veo con muchpreocupación la erosión de nuestras instituciones y aunado a esto, la imagen de país que le damos a los anales del mundo. Pero por supuesto, no somos corruptibles por gusto, o por lo menos no del todo.

    Difícil no consentir las deficientes y desmesuradas políticas públicas de este gobierno en una cola de horas por comidcuando se es padre o, simplemente, cuando no se puede conseguir de otra manera. Cuando es estrictamente necesario. Imposible no sucumbir nuestras objeciones e inconformidades ante un sistema de "Justicia" del cual estoy avergonzado y que además, siendo estudiante de Ciencias Jurídicas siento limpotencia de ver a los poderosos romper de maneraberrante todo lo que enseñan con mucho esfuerzo en la Escuela de Derecho quienes están comprometidos con la ley y la justicia y elevan su práctica hasta la excelencia. Pero lsolución yace en nosotros.

    Es la libertad la necesidad más imprescindible para el hombre y es la ley lo que asegura llibertad de todos los hombres, colocando así, una frontera entre ser libre y delinquir; y hago énfasis en "todos los hombres", porque ya después de tantos golpes que se ha dado la humanidad debemos comprender un principio categórico: Solo puedo ser libre si todos somos libres. 

    Ahora bien, no se puede ser libre sin educación, sin conocer nuestros derechos y obligaciones, sin saber lo que ha pasado en otro periodo de la historia, sin leer lo que pensaban los ilustres y egregios intelectuales del pasado, sin tantear otras culturas y civilizaciones, no puede ser libre quien no escuchal que piensa distinto, quien no tiene capacidad de juicio, quien no dice la verdad y, por supuesto, quien no respeta la libertad de los demás.

    Por lo tanto propongo dejar de aislarnos en ciento cuarenta caracteres. Leamos, escuchemos, formemos un criterio, apoyemos a la causa que nos parezca -según nuestra educación y preferencia- correcta. Pensemos en nuestro futuro, y en el futuro de nuestros descendientes, los venezolanos tenemos que mirar mas allá del instante que vivimos, tenemos que darnos cuenta que la trampa que hicimos en aquel examen es culpable de muchas de nuestras incompetencias, que la mentira que dijimos o la verdad que callamos hoy impide que tengamos el futuro que queremos.


    La moralidad, el sentido de lo justo y la costumbre de hacer lo correcto se deben ejercitar de la misma manera en que se hace con un musculo del cuerpo, solo así podemos edificar la sociedad y el país que queremos. Yo propongo sincerarnos, dejarnos de efuemismos y esforzarnos por corregir todo lo que nos ha llevado a ser el último pedazo de lo más bajo del arrecife.

domingo, 22 de junio de 2014

Qué Soy

"Qué soy", me inspiró, Hector Manrique.

No soy actor para fingir una ideología, ni mucho menos un subordinado para callarla. Por eso es importante señalar con precisión las siguientes palabras.


No creo que a Mussolini le faltara talento o carisma, pero si valores y humanidad; al contrario de lo que dice el ejecutivo nacional, no soy fascista, lo repudio. Nunca me han gustado los cambios, mucho menos los violentos y radicales, por eso nunca me la lleve bien con Marx y ante sus ojos puede que sea de derechas conservador. De pequeño quería jugar futbol con Maradona, soy de izquierda (pero no pateo con la izquierda). Bobbio me parecía un miedoso, hasta que un lunes de junio por la tarde dije que el pueblo no sabe lo que quiere, en ese momento fui lo que odio, pero aprendí a no serlo más. Nunca me han gustado las peleas e incluso dando golpes soy más malo que Carmona, soy caprilista. No creo que la clase obrera deba ser subestimada, sin bigote, soy madurista. Aun escucho las viejas canciones de Roque Valero, Nuestra Historia por ejemplo, soy izquierdista melancólico. Eso sí, no paso un mes sin leer a Padrón los domingos, según el mismo Roque, soy de derechas extremista. Para mí el Estado es un mal, pero muy necesario, soy liberalista. Nunca me han interesado saber de los autos nuevos o celulares avanzados, en ese momento soy anticapitalista. Creo que la venganza es un asunto para resolver en los psicólogos, Mandela me daría un abrazo. Me parece muy atractivo el sistema de organización estatal norteamericano, justo en ese instante soy pitiyanqui imperialista. Prefiero el trabajo individual con esfuerzo que la repartición de tareas, pero nunca he vacilado para ayudar al prójimo con el resultado de mi trabajo; soy capitalista, pero comparto, solo ahí soy socialista. Creo que la libertad viene con responsabilidad y respeto, soy iusnaturalista. Nunca me han gustado las armas ni quienes creen que las fuerzas armadas son el servicio exclusivo de un partido político, soy civil. Celebrar este 24 de junio con el tricolor al frente de la casa, soy bolivariano. No soporto a quienes usan a Bolívar como algo que no es, no fue, ni será, soy claro. Creo que la verdad es transparente por eso no me identifico con ningún color cuando de política se trata, soy de centro. Las últimas cinco veces que he llorado han sido por este país, soy venezolano. Me indigna que maten gente y a rabiar por diferencias de pensamiento por eso para mí Venezuela es una y concluyo que un venezolano es todos los venezolanos y que no estaría mal, derrumbar las etiquetas y darnos un abrazo, quizás ahí nos encontremos todos.