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domingo, 12 de mayo de 2013

Ellas

Uno no selecciona a este tipo de mujer, es una lotería ciega, pero si me dieran mil opciones para elegir, mil veces, y otras mil más la eligiera a ella. Yo la amo desde el primer momento en que la vi, sus abrazos se convierten en la mejor anestesia del mundo, y en sus consejos hay suficiente sabiduría como para vivir cien años y nunca equivocarse.

Ella siempre me ha apoyado en todo, es la profesora que más errores me ha corregido, la amiga que ha soportado todos mis intentos de poeta, la que siempre me dijo que las mejores armas no tienen balas sino tinta y muchas ideas. La que me enseño que a las mujeres no se le golpea ni con el pétalo de una rosa, y si una rosa regalas las espinas has de quitar. Ella, la que hace unos cuantos años me hacia conciertos exclusivos solo para que durmiera feliz, me muero si no la vuelvo a ver.

Pisando las cuatro décadas la vida se vuelve más complicada, pero su belleza sigue intacta, su sonrisa aun parece el primer día de verano, aunque su caminar sea más lento. Recuerdo cuando me tomaba de la mano para ayudarme a cruzar la calle de al frente, ahora yo soy quien agarra sus palmas para ayudarla, el corazón se me va destruyendo poco a poco cuando imagino una vida sin ella y con las misma fuerza que le doy gracias a Dios por hacerme tan afortunado al tenerla, le pido todos los días que me la cuide.

Desbordo estas palabras en honor a ella, la única mujer que cuando todo se ve negro y aun siendo de día me siento en la oscuridad, voy hacia ella, la abrazo... y encuentro la luz. Te amo mamá.

Ellas, las madres, son esas personas que nos da el mundo para hacernos comprender que la vida es preciosa, que somos afortunados por el simple hecho de poder vivir. Amala y dale todo el respeto que puedas, porque cuando todos se vayan, solo ella te acompañara, cuando te dejen solo, ella te apoyará. En Venezuela cerca de cinco de cada diez familias son mantenidas por madres solteras de acuerdo con el ultimo censo del Instituto Nacional de Estadísticas, lo que da a demostrar que en este país las madres son capaces de hacer todo para que sus hijos progresen. Yo propongo que nosotros, los hijos, hagamos todo para que nuestras madres nos vean progresar, y nos permitan ser el motivo de esas sonrisas tan hermosas.

¡Que Dios bendiga a las madres de Venezuela!

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