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domingo, 17 de marzo de 2013

Hay Una Unión

   Con la desaparición de sueños infantiles que prohibía nuestra economía deje de imaginarme en Disney, y se me ocurrió que Los Médanos de Coro eran unos de los lugares más hermosos que debería visitar. Así fue, tras un largo camino en el cual vi todo un paraíso rico de montañas, relieves, lagos y mucha cultura llegué a mi destino. Luego me apasioné por el paisaje que me atrapó, tomé fotos, respiré el aire del lugar, el sol era tan fuerte que sentía como mi piel se iba rostizando y ahí fue cuando entendí la frase “Mi amor por ti quema con la intensidad de mil soles”. Camine hacia la parte más elevada de una de las enormes pilas de arena, mis pies ardían, la brisa alborotaba mi franela y podía contemplar la majestuosidad de mi tierra, era increíble, no era un sueño, no estaba en Egipto, ni mucho menos en Disney, estaba en mi país. Con mis familiares un poco después fui a visitar el majestuoso Pico Bolívar. Nunca antes había estado tan cerca de Dios como en ese momento, aunque el aire me faltaba y mis pulmones se encogían, sentí  como mi sonrisa se expandía como cuando te das cuenta que a pesar de cientos de problemas hay alguien que te hace sentir feliz, pues, así me sentí, sólo que en ese instante ese “alguien” llevaba por nombre Venezuela.

   Cuando somos niños vemos el mundo de una forma tan sencilla, y en realidad daría todo por volver a esos momentos que me ahogan en la nostalgia cada vez que me sumerjo en recuerdos que se van alejando porque la memoria es corta y la vida larga y difícil pero gracias al cielo que es así porque si no, no tendría sentido vivir. Alejándonos de la melancolía seguí mi recorrido, terminamos en un hotel en alguna parte de Morrocoy, nos alojamos en un quinto piso con vista a la playa, aunque el hotel era sumamente cómodo se me hacía difícil dormir, me hipnotizaba el ver como las olas rompían contra la arena una, otra y otra vez, la luna se posaba en todo el centro del paisaje parecía contenta de que la mirara, cada vez brillaba más entonces se paralizo, todo, o quizá fui solo yo, no sé. Mis labios húmedos y precisos sin ni siquiera yo esperarlo dijeron “Finalmente te he encontrado, Venezuela… mi linda Venezuela.”

   La tía Belkis y el tío Joaquín habían recorrido un cuarto de país ya, dos personas increíbles, trabajadores y honrados, así imaginaba a todos los venezolanos. Hasta que en ese mismo verano fui a desayunar y leí el periódico. La decepción se me notaba en la cara y la angustia en los ojos, vi la cifra de muertos anuales, asesinatos siniestros, la cesta básica por las nubes, el sueldo mínimo por el suelo y pensé, ¿Cómo es posible que en esta tierra bendita de lugares preciosos pueda haber tantas personas horribles? No entendía nada, tenía que usar el diccionario 8 veces por párrafo ya que vestían los problemas con palabras técnicas para que el flojo no pudiera desnudarlas y ver la verdad.

   Acostumbraba  a leer el periódico e incluso libros de 400 páginas que para mi edad era un logro devorar un libro de ese tamaño en 3 semanas o un mes, aunque solo leía literatura extranjera. Mis padres me quitaban unas partes del periódico, todo lo que tenía que ver con muertos, economía o política, mejor dicho sólo me dejaban la parte de deportes y la de acertijos. Parecía que tenían miedo de que supiera la situación del país y luchara por mis derechos o quizá querían que disfrutara mi niñez/adolescencia sin preocupaciones, pero es imposible ocultar el sol con un dedo aunque en ese entonces eran cuatro manos con dos anillos en el dedo anular, unos años después fueron solo dos manos sin ningún anillo… con la descomposición de una familia te da por buscar un escape, encontré mi escape en la literatura. Las drogas, el cigarro o andar robando nunca fueron lo mío. Mis notas en Historia de Venezuela fueron aumentando, me parecía excelente la historia de cómo unos héroes en caballos a espadazos defendieron una nación y después fueron por más, “Tierra de libertadores” así titulaba a nuestros héroes.
   Voy hacer énfasis en Simón Bolívar aunque muchos critiquen sus decisiones y acciones, el fue y será por siempre el libertador de América, pudo haberse dedicado a inventar el bingo o las apuestas y aun seguiríamos en dictadura Española, cada quien nace para cumplir una misión no para ser perfecto. En fin, leí mucho sobre historia venezolana, le recomiendo a todos, quien sea que me lea y cual sea su ideología, investigue sobre la vida histórica de Venezuela, quedará encantado. Harry Potter me parecía insignificante comparado con la biografía de Simonsito (Simón Bolívar). Esto me enamoró de mi país, las calles que vieron mis intentos de imitar a Ronaldinho al que pronto cambie por Juan Arango y aunque el beisbol nunca me llamó la atención se me aceleraba el corazón cada vez que mi equipo era campeón, esos kilómetros enteros que fueron testigos ciegos de cada uno de mis pasos. La profesora que me haló por la oreja de pequeño, el amigo que ahora esta tras las rejas por una estupidez, una chica a la cual debí darle más atención, la misma a la que hoy le pido disculpas por ser su novio y estar enamorado de Venezuela. El sonido maravillosamente nostálgico del cuatro y las maracas de mi abuelo, con él su sonrisa y una mochila muy pesada llena de sus valiosos consejos. Nadie es más venezolano que otro, pero si hay a quienes les duele el país y otros que simplemente no. 

   Lamentablemente en estos momentos este increíble paraíso pasa por una situación difícil, y debemos ayudar. Sólo tenemos que ser buenos ciudadanos, dejar  un lado el odio, las diferencias, la discriminación, el racismo, el clasismo. Eliminar esas palabras del castellano venezolano y agregarle más sinónimos de paciencia, unión, paz y respeto. Porque para que se respeten nuestros derechos hay que empezar cumpliendo nuestros deberes y respetando los derechos de los demás, ¿Con qué moral piden sus derechos aquellos que en el primer día de ley seca fueron de inmediato a colaborar con las bodegas vendedoras de alcohol ilegal? ¿O aquel ciudadano que siempre irrespeta las leyes de tránsito pero vive criticando que no hay fiscales? El cambio comienza por nosotros primero, el cambio sucede cuando estamos dispuestos a buscar un país mejor a toda costa, si quieres levantar a tu país primero levántate tú. Esfuérzate, lucha, sal adelante, hay muchas formas de que tu luz brille sin necesidad de tener que apagar las de los demás. Acepta a tu prójimo sin importar sus ideologías. Aunque mis ideologías políticas vayan orientadas hacia la derecha ahora más que nunca opino que la consigna “Hay Un Camino” está errada. Debería ser “Hay Una Unión”.


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