"Qué soy", me inspiró, Hector Manrique.
No soy actor para fingir una
ideología, ni mucho menos un subordinado para callarla. Por eso es importante
señalar con precisión las siguientes palabras.
No creo que a Mussolini le faltara
talento o carisma, pero si valores y humanidad; al contrario de lo que dice el
ejecutivo nacional, no soy fascista, lo repudio. Nunca me han gustado los cambios,
mucho menos los violentos y radicales, por eso nunca me la lleve bien con Marx
y ante sus ojos puede que sea de derechas conservador. De pequeño quería jugar futbol
con Maradona, soy de izquierda (pero no pateo con la izquierda). Bobbio me
parecía un miedoso, hasta que un lunes de junio por la tarde dije que el pueblo
no sabe lo que quiere, en ese momento fui lo que odio, pero aprendí a no serlo más.
Nunca me han gustado las peleas e incluso dando golpes soy más malo que Carmona,
soy caprilista. No creo que la clase obrera deba ser subestimada, sin bigote,
soy madurista. Aun escucho las viejas canciones de Roque Valero, Nuestra
Historia por ejemplo, soy izquierdista melancólico. Eso sí, no paso un mes sin
leer a Padrón los domingos, según el mismo Roque, soy de derechas extremista. Para
mí el Estado es un mal, pero muy necesario, soy liberalista. Nunca me han
interesado saber de los autos nuevos o celulares avanzados, en ese momento soy anticapitalista.
Creo que la venganza es un asunto para resolver en los psicólogos, Mandela me
daría un abrazo. Me parece muy atractivo el sistema de organización estatal
norteamericano, justo en ese instante soy pitiyanqui imperialista. Prefiero el
trabajo individual con esfuerzo que la repartición de tareas, pero nunca he vacilado
para ayudar al prójimo con el resultado de mi trabajo; soy capitalista, pero
comparto, solo ahí soy socialista. Creo que la libertad viene con responsabilidad
y respeto, soy iusnaturalista. Nunca me han gustado las armas ni quienes creen
que las fuerzas armadas son el servicio exclusivo de un partido político, soy
civil. Celebrar este 24 de junio con el tricolor al frente de la casa, soy
bolivariano. No soporto a quienes usan a Bolívar como algo que no es, no fue,
ni será, soy claro. Creo que la verdad es transparente por eso no me identifico
con ningún color cuando de política se trata, soy de centro. Las últimas cinco
veces que he llorado han sido por este país, soy venezolano. Me indigna que maten
gente y a rabiar por diferencias de pensamiento por eso para mí Venezuela es una
y concluyo que un venezolano es todos los venezolanos y que no estaría mal,
derrumbar las etiquetas y darnos un abrazo, quizás ahí nos encontremos todos.
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