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domingo, 4 de mayo de 2014

Xavier, Otra Injusticia

Debo comenzar explicando que el ajuste drástico de las evaluaciones en mi universidad, alguno asuntos extracaadémicos y sobre todo la situación que nos impone día a día el país, han hecho que mi espacio para escribir a la semana se vuelva cada vez más pequeño. Es tanto lo que se ha reducido que mi lápiz sufre de claustrofobia y a mi teclado le ha caído polvo. Yo no pretendía escribir hoy, pero se me hace imposible callar ante esta injusticia.

Tiene, mejor dicho, tenía un bigote pronunciado. Del lado izquierdo era blanco y del derecho negro, su cabello era largo y abundante, llegaba hasta la mitad de su espalda. Yo no lo conozco, nunca he hablado con él, sé quien es por sus características que son, a mi parecer, unas de las más particulares de la universidad. Este ser humano, ciudadano y estudiante es Xavier Beckels. Hoy Xavier es otro de los cientos de apellidos detenidos, es el resultado de un Estado criminal. Es rabia, impotencia y llanto.

Le arrancaron el blanco de su bigote y el largo de su cabello, le quitaron el aire dejando morados en su cuerpo, le sacaron sus lágrimas y las de su familia. Su rostro ahora, esta en un lugar donde no hay luz. A Xavier lo veía casi a diario, era un desconocido para mi, y hoy su pequeño y efímero recuerdo me duele hasta las lagrimas. Somos humanos porque nos duele el prójimo, somos ciudadanos porque queremos ayudarlo, y somos estudiantes porque lo haremos. Su vida se ha reducido al tamaño de una cárcel. Es, ahora, inmóvil. Y se alimentará de insomnio durante mucho tiempo.

Necesitamos aprender a escribir libertad cuando otros griten agresión. Cuando se lee todo lo que le ha ocurrido a personas como Xavier admito que la impotencia hace que un caucho sea quemado, que una piedra sea lanzada, que golpeemos las paredes. En ese momento sudamos rabia. Pero después de todo por lo que hemos pasado estos meses creo de manera tajante que aunque las consecuencias del descontento sean enormes, hay que canalizarlas de manera que con determinación podamos cambiar el caucho quemado por la difusión organizada de, por ejemplo, el caso Beckels; y las piedras arrojadas por mecanismos de presión ante las instancia que cometieron esta injusticia. 

Hoy protesto, exhorto, grito, escribo e insisto por un Xavier y por todos los que, al igual que él, están amarrados a esta injusticia. Y que sepan lo tiranos que con cada voz que callen, con cada derecho que violen, con cada bomba que nos arrojen y con cualquier encierro, solo será otra gota que aumente nuestra rebeldía.

A Xavier lo quieren convertir en olvido. Pero eso jamás.

Quiero utilizar este espacio para pedirle a las autoridades de la Universidad Católica Andrés Bello, a los gremios y colegios, a la sociedad de Guayana y a todo el que pueda leerme que se prenuncien ante el injusto encarcelamiento de Xavier Beckles, estudiante de Ingeniería Informática de la Ucab Guayana,

Foto cortesía del Foro Penal Venezolano:

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