Vivimos en un país donde sus habitantes lo único que se toman verdaderamente en serio es una cerveza bien fría. Somos una sociedad con un rigor muy humorístico, y eso, el humor, la risa, no puede ser un absoluto defecto. Los venezolanos tenemos situaciones muy diversas a cualquier otro país, nosotros, por ejemplo nunca hemos sido un pueblo de emigrantes, se nos hace difícil emigrar, sobre todo al primer mundo y estoy empezando a pensar que la cuestión de emigrar se nos hace tan compleja porque los otros sitios son demasiado desesperantes. Todo está ubicado en un orden correcto, las leyes se cumplen, hay respeto, no hace tanto calor, la mayoría de las casas son iguales y nosotros no tenemos características de orden, mas bien, podría argumentar que nos encanta la inquietud de no saber que pasará mañana, dentro de unas horas o incluso, en unos minutos. El venezolano no soporta la sobriedad en ningún aspecto.
Se nos va la vida esperando que se acabe un problema y que entremos en otro. Y es sabroso. Es sabroso sobrevivir a otra polémica, es un deleite hacer un chiste de la tragedia. Pero al ser así, ¿Por qué existe un dilema si nos encanta ser como somos?
Y esa pregunta logra desencadenar las ya típicas malas nuevas: Este ultimo viernes el país amaneció con 100 dólares menos y ocho periódicos sin papel. La retro-revolución esta haciendo bien su trabajo, después de afirmar que el dólar se mantendría todo el 2014 a 6,30BsF lo único que llego a pensar es que para los venezolanos, ya llegó el 2015. Por otra parte, pequeños periódicos han dejado de producir por falta de papel y este sábado El Nacional anunció que solo tiene papel suficiente para un mes. En los periódicos hay demasiada verdad y eso no le conviene a esta revolución que cada vez va mas rápido, pero en retroceso. Todo estos acontecimientos sin mencionar la tenebrosa cantidad de asesinatos que van en el corto transcurso del año hacen que la pregunta del comienzo se responda sola.
Si, en definitivo algo anda mal. Venezuela es un sujeto, que no se merece este predicado. Y se va quedando sin divisas para importar optimismo...
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