Traductor

domingo, 16 de febrero de 2014

Para El Presidente

Señor presidente aunque bien se sabe que para usted es un imperativo estar desinformado, lo invito a que lea esta carta, ¿Acaso no le duele que tantas personas estén muriendo mientras usted duerme? No se preocupe, no soy como todos, no lo voy a juzgar por no saber como se siente un estudiante, yo muy bien entiendo que usted nunca pisó una universidad, que no sabe de Borges o de Aristóteles, que nunca sintió ese deseo de hacer las cosas por sí mismo, sé muy bien que palabras como esfuerzo y constancia nunca fueron de practica en su vida. Pero tranquilo señor presidente, estoy al frente de esta maquina sentado, esforzándome con el propósito de enseñarle la vida de un joven venezolano.

Todo empieza cuando tus padres te llenan de ganas de salir hacia adelante. Entras en una edad de marea muy alta: Los dieciocho. Y pisas tu universidad por primera vez con más miedo que confianza, pero sin darte cuenta te acostumbras a que sea tu segundo hogar, tu segunda familia. Luego compramos una bandera tricolor con unas cuantas estrellas, de esas que están en la asamblea nacional, esa que usted nunca levantó de joven y la pegamos en la pared. Ahí, al frente de la cama, donde la podamos ver todas las noches y sentir que somos parte de algo, que somos importantes. Que somos venezolanos.

Luego un montón de señores con mucho conocimiento -tal vez haya usted oído hablar a uno alguna vez- nos enseñan de leyes, de valores ciudadanos y de eso que llaman libertad, los estudiantes los denominamos profesores. Pasamos días completos estudiando, leyendo, construyendo algo que usted nunca llegará a ser: un profesional. Luego nos damos cuenta de que una mala noticia va a máxima velocidad. El presidente está destruyendo el país.

Cada persona adopta una postura. Que si estamos totalmente perdidos, que si hay que luchar. Muchos acusan de tontos a los que como yo sostenemos un romance con el país y nos negamos a salir de él. Otros dicen que esto esta por explotar. También hay quienes se refugian en 140 caracteres. El que dice que debemos actuar como Egipto. Y esta el que dice que habrá un golpe de estado teniendo a todos los militares al frente, el que habla de guerras en un discurso por la paz, el tirano, el dictador, el asesino. Usted.

Entonces pasa lo que todos sabíamos que iba a pasar. Los estudiantes salen a buscar un país. Y buscamos un país donde los jóvenes no tengan que dar la vida por él, sino que el país de vida joven. Un país donde la gente se muera de viejo y no de venezolano. Un país prudente, pujante y para todos. Rojitos, escuálidos, altos, bajos, atletas, gorditos, discapacitados, padres, madres, hombres y mujeres... en fin, todos.

Sé que es difícil de comprender desde su posición de dictador señor presidente, la impotencia que se siente al correr con un trapo en la boca y lagrimas en los ojos mientras se destiñe el tricolor de la bandera atada a nuestra joven la espalda. Sé que le suena caprichoso la búsqueda de un país cuando usted es un simple apátrida. Sé que se pregunta en las noches cómo pudo llegar a ser presidente siendo muchos estudiantes aun no profesionales mas educados y preparados que usted... y la verdad es que todos nos lo preguntamos.

Pero quiero que entienda algo señor presidente: Los venezolanos no nos vestiremos de derrota. Dejamos atrás la desesperanza, el desánimo, el miedo. Poco a poco nos estamos volviendo adictos a la democracia. "La Salida" ¡Su salida!, no es con balas, ni siquiera es con piedras, es con gente en la calle. Nuestra solución no huele a pólvora ni carne de cañón señor presidente, nuestra solución es una dosis de conciencia, el antídoto contra su supuesta revolución.

La paz no se pronuncia ni se decreta señor presidente, se construye. Hay que ensamblarla. Y mientras usted nos ataca con perdigones, balas, agua y bombas, nosotros responderemos con resistencia, gritos, consignas voluntad y argumentos. Veamos a quien se le acaban las municiones primero.

Venezuela sigue presa, nos toca liberarla señor presidente. Espero que haya podido leer mi carta sin atascarse en verbos que no conozca, traté de usar un léxico bastante simple porque le repito, yo entiende sus condiciones de idiotez y no lo voy a juzgar. Hasta luego señor presidente, me fui a protestar.

Los venezolanos nos merecemos la palabra paz.

Andrés Medina.